mujer encadenada

Pegging, Rimjob, Gooning, Kink: ¿te suenan todos estos términos?

Las prácticas sexuales de todo tipo no faltan en este mundo. Y la imaginación del humano tampoco se ha agotado en los últimos siglos. Algunas prácticas viejas se han modernizado, mientras que otras son totalmente nuevas. Rimjob, Pegging, Gooning, Kink, ¿Te suenan estos términos? Aquí te explicamos todo.

Gooning

Un goon es un tipo loco, tonto, un estúpido. Hacer grooning significa estar loco por su falo. Sólo con verlo te pones cachondo. Por su alta intensidad, esta práctica sexual solitaria proporciona muchas endorfinas. 

El principio es simple. Se trata de una masturbación que dura tanto tiempo hasta que llegues a un estado de trance. Cuando lo sientes venir, lo sueltas, luego retomas la paja acompañándola de una pequeña pelí porno o no, dependiendo de tu gusto. El objetivo es retener el placer durante horas para intensificarlo continuamente. ¡Los gooner terminan haciendo muecas, babeando, sacando la lengua, gritando y moviéndose por todos lados tanto que dejan todo el control a sus pollas! El cuerpo entero está al servicio de su pene y su placer. 

Para alcanzar el nirvana, te aconsejamos que le añadas un poco de poppers a tu sesión de gooning. Échate unas inhalaciones de popper bien potente, a intervalos regulares, y arderás de placer. De hecho, el popper es un excelente afrodisíaco. Estimula el deseo, así como prolonga los orgasmos. Equípate con un popper tan fuerte como el Everest-Premium-15 ml o el popper Amsterdam Black Label 24 ml y ¡tu sesión de gooning promete ser explosiva! 

Algunos describen el gooning como una forma de masturbación mística y religiosa. Esta práctica sexual puede ser realmente beneficiosa. Permite una especie de preparación para controlar tu deseo con vistas a alargar el placer durante tu próxima relación sexual. En pocas palabras, se trata de una meditación del polvo en simbiosis con uno mismo. 

Por lo tanto, el gooning es una masturbación casi religiosa, ya que es punitiva, pero muy agradable por su intensidad. Como todas las cosas buenas, no se debe abusar de ella. Masturbarse de manera excesiva puede dañar la salud. 

Rimjob 

Hombre, mujer, transexual, pansexual… ¡el ano no discrimina a nadie! Todos estamos dotados de ese orificio. Entonces, no te saltes este párrafo, el rimjob nos concierne a todos.

También conocida con el nombre más romántico de “comerse un culo” o “anilingus”, esta práctica sexual se remonta a la Antigüedad. En estos tiempos, el sexo era poético y la gente era lo bastante sensible como para nombrar una lamida de culo, “hoja de rosa”. ¡Ay qué elegancia!

“To rim” significa círculo, dibujar un círculo, dibujar el contorno de un círculo, y “job”, significa trabajar. No hace falta hacer un dibujo, el rimjob consiste en hacer girar tu lengua alrededor del ano de tu pareja mientras lames delicadamente su esfínter. «Toss the salad baby!» (mezclar la ensalada en inglés).

Esta práctica sigue siendo un poco tabú en la sociedad debido a la zona poco glamorosa que comemos de postre. El mero hecho de oír los términos bucco-anal u oro-anal da asco, la verdad, pero, más allá de estas consideraciones pasadas de moda, hay que tomar en cuenta lo que llamamos el punto H. Hoy en día, hasta las parejas heterosexuales practican el “anilingus”. ¿Será que el poder romano estará resurgiendo lentamente de sus cenizas? 

Los secretos del ano…

El ano es una zona erógena, y te lo repito, está al servicio de los hombres, tal como de las mujeres. Esta parte está llena de nervios, de ahí su sensibilidad. La clave para el rimjob radica en la actuación de tu pareja. El anilingus permite sentir un sin número de sensaciones. Para romper los secretos del ano, solo hay que variar los trazos de lengua y combinarlos con una buena paja o unos ricos dedos al mismo tiempo. 

En cuanto a la posición, según tu gusto: boca abajo en un sofá, las piernas en el aire, acostado… Lo más importante es de estar relajado. Las reglas son simples: consentimiento, relajación y flexibilidad. Ahora sí, estás listo para que te cosquilleen el ano. 

El ano no secreta ningún líquido lubricante, por lo que es imperativo utilizar un lubricante adecuado. Asegúrate también que tu pareja esté sana. ¡La contaminación por la boca ocurre muy rápidamente! Una bacteria como la salmonela puede estar involucrada. Limpia con agua y jabón para asegurarte de que nada se transmita al pene o a la vagina. Existen unos protectores bucales para minimizar los riesgos: son diques dentales, o pedazos de látex. Asimismo, si después de hacer un buen rimjob deseas penetrar a tu pareja, te aconsejamos el uso de condones 57 mm

¡Oye!, te lo digo una vez más: el rimjob no es una práctica sucia o vergonzosa. Al contrario, es agradable y normal que te guste. Las palabras hablan por sí mismas. Se habla de hacer el amor, tener sexo, tirarse un culo. Bueno, entonces explorar el ano, ¿no sería el punto culminante de este aprendizaje para saber, por fin, lo que significa literalmente tirarse un culo? Sea durante los juegos preliminares o en medio del acto, no existe un momento perfecto para darle gusto al cuerpo. ¿Heterosexual? El rimboj es recomendado para el comienzo, antes de practicar la sodomía. 

El Pegging

O la “clavija” para los más literarios de entre nosotros. En inglés, significa “apego”. Es una práctica para que los machistas se ruboricen. Es cuando una mujer le mete un diskette a un hombre, cuando lo sodomiza. Desde los años 80, esta práctica sexual ya no es considerada como un tabú. Sin embargo, una vez más, no hemos inventado nada. Los romanos son los precursores de la “clavija”.

Hoy en día, las mujeres se equipan con un Strap On, también conocido como consolador de cinturón. Los dildos diseñados para este propósito han sido desarrollados desde principios de siglo. Ahora, algunos ya ni siquiera llevan arnés. 

Esta es una oportunidad para los heterosexuales, muchas veces señalados por su convencionalismo, de romper con la heteronormalidad. Es una nueva forma de experimentar el placer masculino y femenino. Y pues, “si las mujeres pueden ponerse de rodillas, los hombres también”. También se habla, con razón, de “reciprocidad sexual”. 

Los frenos

A las mujeres, a veces, les da miedo dudar de la sexualidad de su hombre, que no les guste verlo sometido, o que no aguanten, ¿verdad? ¡Basta de flotar de espalda, están al mando, señoras! Imaginaos lo excitante que se siente, ser el amo del placer de su pareja en una posición que lo someta. ¡Divino!

En cuanto a los hombres, les da un golpe en su virilidad. Puede ser porque tienen miedo dar la impresión de que están cambiando de bando. Además, el estilo perrito, hay que admitirlo, no es el ángulo más sexy. Sin embargo, el placer prostático, si está bien estimulado, puede proporcionar a los hombres un orgasmo más largo e intenso. A la vez, estimulas otras zonas erógenas o empieces con un rimjob para relajarlo antes de entrar en las profundidades, sin olvidar lubricar todo, y ya ¡disfruta!

El pegging puede fortalecer y crear un equilibrio en tu relación. Después de eso, se suele decir que todo es más fácil. Las inhibiciones desaparecen y lo único que queda es una increíble complicidad. Lo nuevo es a menudo más intenso. Ponte a pensar en tu primera vez con popper. 

En fin, lo más importante es romper el tabú y superar las barreras sociales que a veces nos bloquean de manera inconsciente. ¡Conversad! Es vuestra privacidad, vuestro secreto.

Kink

Una nalgada, una cachetada, una flagelación. ¿Te gustó la película Cincuenta sombras más oscuras, aunque te pareció simplona? Bueno, ahí tienes. ¡Ponte el cinturón, aquí vamos! El Kink es un estilo sexual que consiste en establecer relaciones de poder y dominio entre parejas. 

« Kinky » significa pervertido, vicioso, excéntrico, reloco, así que “kinky sex” se refiere a una sexualidad retorcida. Proveniente de la jerga americana que lo traduce como algo “fuera de lo común”, ser kinky significa tener sexo no convencional.  

Clasificado en la categoría BDSM (Bondage, Disciplina, Sado-Masoquismo), el kink es dejar de intelectualizar el sexo para vivir una experiencia sensorial. Déjate guiar por tu pareja en terrenos desconocidos.

Si eres más bien un «vanilla sex», valiente practicante de prácticas sexuales más tradicionales, no debes forzarte, pero tampoco te cierres puerta. No seas tan inflexible sobre lo que te gusta o no te gusta. La vida es un juego y el sexo es un nivel que hay que explorar al 100 antes de terminar a dos metros bajo tierra. El sexo es un descubrimiento de uno mismo y de los demás. 

Lánzate paso a paso tras el consentimiento de ambas partes. Establece reglas de antemano para determinar los límites de tu aventura. Por ejemplo, puedes definir palabras, gestos o señales para advertir a tu pareja que algo no le gusta. ¡Sé creativo, original y, sobre todo, sucio!

Para ayudarte, también hay grupos en Facebook o Instagram llenos de consejos y prácticas. O, ve a unos muchos, esos lugares donde los kinkers se reúnen. 

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